Para dormir bien

No es casual que muchos estamos sometidos al estrés del vivir de cada día de las grandes urbes y que muchos padecemos trastornos temporales a la hora de conciliar el sueño, y estos trastornos aparecen con la misma facilidad que, sin saber porqué, desaparecen.

La dificultad para conciliar el sueño, o despertarse a menudo a lo largo de la noche, son algunos de los síntomas de desarreglos durante el descanso nocturno que muchos hombres sufrimos a diario.

Por ello desde HombreActual.com queremos daros algunos consejos que contribuirán a una mejor conciliación del sueño:

RESPETAR EL SUEÑO    

Si tenemos alguna dificultad a la hora de conciliar el sueño, por la noche, puede ser que nos estemos yendo a la cama fuera del horario que el cuerpo establece como el más conveniente para dormirse.

Habitualmente esto suele ocurrir cuando aguantamos en el sofá del salón hasta que termine la película, luchando por no dormirnos. También suele pasar si no somos capaces de dejar la lectura del libro que llevamos entre manos, por conocer el final de un determinado capítulo.

Debemos saber que el sueño está organizado en ciclos de una hora y media, aproximadamente. Si no subimos “al tren” a su hora, tendremos que esperar al siguiente, que no pasará hasta bien pasados otros sesenta o noventa minutos.

La regla consiste en acostarse cuando el sueño se apodera de nosotros, eso significa que el tiempo de dormir ha llegado. Lo ideal es que nos acostemos y nos levantemos siempre a la misma hora.

ENCONTRAR LA TEMPERATURA IDONEA    

Existe el error de tomar un baño caliente por la noche, esperando así relajar tensiones, y preparar el cuerpo para el sueño. Sin embargo, esto es falso, puesto que cuando el cuerpo está preparado para dormirse, el organismo disminuye su temperatura interna.

Por lo tanto, deberíamos ir en este sentido, y no en el contrario, así que si tenemos la costumbre de bañarnos antes de irnos a la cama, lo ideal es que el agua no supere los 37º C de temperatura.

De igual modo, en la habitación donde está la cama, la temperatura ambiental no debería superar los 20º C; y por supuesto, dormir siempre con los pies calientes. Los científicos consideran que calentando las extremidades, se favorece la vaso-dilatación de los capilares, lo que termina facilitando el adormecimiento del cuerpo.

UNA CENA SENCILLA    

Tener una digestión pesada es lo peor que nos puede pasar a la hora de irnos a la cama. De entrada, en las cenas se deben evitar las carnes rojas, las comidas con muchas especias, el alcohol, el café y el té. Lo mejor es comer de forma ligera embutidos, pan, algo de pasta, pescado, verduras y productos lácteos con alto contenido en triptófanos, que es una sustancia a partir de la cual se fabrica la serotonina, la hormona responsable de la tranquilidad y el sueño.

PREPARAR LA CAMA    

El dormitorio, como la propia palabra dice, es el lugar reservado en la casa para dormir, y exclusivamente para eso. No es una sala de televisión, ni un apéndice del despacho, ni una prolongación de nuestra mesa de trabajo.

De igual modo, una cama merece todo nuestro cuidado, empezando por el colchón, cuya elección no se puede dejar a la suerte. Es importante conocernos en este sentido y saber cuales son nuestros gustos a este respecto, colchón o almohada dura o blanda, mixta, etc. Es imprescidible también saber que un colchón se debe cambiar cada 10 años como máximo y esta parte no es negociable.

FUERA PREOCUPACIONES    

Algunas actividades intelectuales perturban seriamente el sueño, sobre todo si es ligero. Por eso se debe evitar que las preocupaciones del día se metan con nosotros en la cama, aunque comprendemos que esto en ocasiones resulte difícil, debemos al menos intentarlo. Nos referimos a las cuestiones económicas, o a los problemas de pareja, a las preocupaciones por los hijos, o cualquier otra cosa que nos haga ir a la cama en modo de tensión o preocupación.

Durante el sueño las cosas no se cambian, así que lo mejor es dormir bien para afrontar con buen ánimo todas las dificultades que componen nuestro mundo personal, y buscarles al día siguiente una solución.

Ten siempre presente que las fórmulas mágicas no funcionan, pueden inclusive ser perjudiciales para la salud y la clave está en mantener hábitos de vida saludables.

¡ Esperamos que estos consejos de Salud te hayan sido de ayuda !.

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